Actualmente, es un hecho que los bancos y las fintech conviven dentro del mismo ecosistema financiero. Esta situación difiere notablemente de la visión original, en la que se pensaba que las fintech serían simplemente complementos que los bancos adquirirían y gestionarían. Ante este nuevo escenario, donde la competencia es directa, surge una interrogante: ¿Quién dominará el sector financiero en el futuro?
Por un lado, la banca tradicional todavía posee la mayor parte del mercado en términos de volumen de activos bajo gestión, liderando la banca patrimonial, privada e institucional sin rivales cercanos a la vista.
Por otro lado, las empresas fintech han centrado sus esfuerzos en la innovación y en mejorar la experiencia del cliente, optimizando la transaccionalidad y las operaciones diarias. También han mejorado la accesibilidad y la seguridad de las transacciones. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿lograrán incursionar en productos más complejos?
He observado de cerca esta evolución. Con décadas de experiencia en áreas que abarcan desde la banca de inversión hasta estrategias financieras basadas en tecnología, fui uno de los más jóvenes en Europa en obtener el título de asesor financiero europeo EFA, mientras completaba mis estudios de Executive Business en Harvard.
En un futuro cercano, las fintech comenzarán a ingresar en la banca patrimonial e incluso en la banca privada, ofreciendo productos específicos para este tipo de clientes. Clientes con grandes capacidades financieras que buscan incrementar sus rendimientos debido al aumento de las tasas de interés de los bancos centrales europeos. Esto permitirá que las fintech se posicionen en la banca patrimonial y privada como su próximo objetivo de mercado, con productos más eficientes, menores comisiones y mejor tecnología. Gracias a su eficiencia tecnológica, las fintech pueden reducir costos operativos y ofrecer mejores condiciones, lo que resulta en productos más atractivos para los clientes patrimoniales.
Con este enfoque, las fintech podrían llegar a atraer a todos los clientes objetivo de la banca patrimonial y privada.
La incógnita que permanece es: ¿Cuáles de las fintech actuales que lideran el mercado lograrán prosperar en esta nueva competencia? ¿Serán los actuales líderes como NuBank, N26 y Revolut capaces de entrar en la tradicional banca patrimonial y privada? ¿O serán nuevas fintech especializadas en estos segmentos las que revolucionarán el mercado en los próximos años? Estas y otras preguntas seguirán surgiendo a medida que el panorama financiero evolucione junto con la tecnología.
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